jueves, 13 de noviembre de 2008

Comunicación y paradojas

Me resulta extraño leer un diario fraybentino, sobre todo por la sincera y descarada forma en que se encarnizan sin remedio los periodistas sin historia. Cuando no patetizan las noticias, se sienten orgullosos de defender una fuente de trabajo que no da trabajo como es Botnia. Un periodista tiene que tener la responsabilidad de dejar en claro lo que está opinando cuando opina, de lo contrario, omite la referencia de que alguien lo esté escuchando, de que tiene un público y que dadas las condiciones de crítica obsoleta, está, por ahora “educando” a quienes lo escuchan. Me pregunto si a algún periodista le sirve lo que ha estudiado, si estudió, para reflexionar sobre su propia cultura, sobre la apresurada lectura de actualidad que está produciendo. Entiendo que las radios son corporaciones y que deben responder a ellas, pero hay un convencimiento notable en lo que se escucha, una afirmación que ni siquiera reflexiona. Pronto reflexionaremos sobre un medio de comunicación muy conocido.

He leído artículos que tratan de justificar los olores de la Planta, creando teorías increíbles. Han de creer que cualquiera de ustedes es insuficientemente lúcido para no responder a esa amenaza de simplificación.

Fuera de estas acotaciones están aquellos representantes de la cultura dominante que sin hacer esfuerzo, monotonizan la sabiduría popular armonizándola, es decir haciéndola juntar con otra para crear un orden placentero, exitándola a quedarse en el molde. Para comprender la crianza de estos seres, su estado de ridícula convicción, hay que buscar en el pasado lo que nunca se nombró, se dijo, o se publicó, en revistas o diarios, o lo que se busca, lo que aparece para responder un cauce de nuestra necesidad: La historia real de Fray Bentos. En el presente hay que buscar las herramientas que cada uno tiene para pensar lo que escucha y no volverlo mera opinión suya, aunque sea de barrio y pase por ser pura. Hay que debatirlo e incluso unirlo con otras referencias de repetición del mismo periodista o la misma emisora. No creo que haya que exigir que cambien. Son necesarias las radios comunitarias. Volveremos sobre ese tema.

Entiendo que un pueblo quiera olvidar sus frustraciones, pero cuando son tantas las paradojas que se acumulan, hay que empezar a notar el problema. Se van a cumplir los 150 años de Fray Bentos y es un momento propicio para hacer un llamado a la investigación crítica. La historia de dependencias, de honores defendidos ilusamente, la creación del reflejo de una falsa identificación, la construcción acelerada de un patriotismo sin más exaltación que la manifestación precoz de otra dependencia, otra vez lastimada, que ha dejado a Fray Bentos en una posición que ya no es un juego y que comienza a doler, a inquietarnos. Hemos leído artículos de historiadores que aun creen que el Anglo, siendo la cocina del mundo, nos salvó de la irresolución cultural.

Fray Bentos se presta a exámenes microculturales que no tienen que pasar por ser noticias informales: entre esta variada gama de posibilidades se encuentran desde la función y difusión intolerante e intolerable de las radios y la televisión, hasta la caída del grotesco puente de la panorámica, el nombramiento de un parque de juegos infantiles hecho por el batallón de Infantería Nº9 y su posterior acuñación “Nuevelandia”, el pueblo vestido de árabe cuando parecía reactivarse el Anglo terminando en un gran fraude, la marcha a favor de una superplanta que no da trabajo, los fracasados proyectos culturales, la murga cada vez más desplazada y la institución de supuesta gestión cultural. He ahí pocas de las paradojas que se han permitido hacer.

Estas no pasan por ser simples observaciones de paseo. Así que los invito a crear y comunicar.

José Jorge
13 de noviembre de 2008

No hay comentarios: