Con Robert Urgoite comenzamos a explotar este instrumento. Compartimos, rápida y felizmente la creación de un fondo de archivos (en principio) de música, fotografía, textos, artículos, entrevistas, para seguir la historia de los componentes de una cultura dispersa y relevante. Vamos, en principio, a intentar vigilar cierta historia de creadores, de aprendices y de teorías y prácticas de la Cultura. Intuyo que estas palabras no convocan límites de ningún tipo, sino toda su problemática.
Hace ya tiempo, unos años, en Fray Bentos se fueron dando distintos intentos externos de cambio de las macizas estructuras culturales. Hace unos meses la historia volvió a colocar en su cauce antinatural otro intento de desmentir la falta de interés en la apropiación de la Cultura (Y perdonarán ustedes mi ansioso resumen que prometo extender). El fracaso, la demora, la desmotivación simultánea de los gestores de las instituciones Culturales, las promesas sin ganas, la historia, la repetición, la forma de trato de la educación, la creación, como decía hace años Matías Miñan, de Universitarios que colgaban su interés con el diploma en una oficina de general tendencia lucrativa (él lo dijo mejor).
Fray Bentos, Young, Berlin, etc. Lugares donde nunca se pudo más que torear las Instituciones que llevan adelante seres avejeniles o ridículamente ajuventados. Asesinos de toda posibilidad de emprendimiento cultural integral, de confluencia o motivacional. Es digno de estudio.
Seguramente si leyeran estas ideas, muchos saldrían como cangrejos de entre las piedras a hablar de emprendimientos, de actos públicos o de festivales. Vamos...hay que decirlo: Río Negro está muy enfermo. En varios sentidos.
Como también es interés nuestro la historia así como cualquier ciencia, disciplina o rudimento intelectual que aporte su visión hemos de buscar la historia de nuestros pueblos ya sea para encontrar signos de identidad como para problematizarlos o reventarlos contra el piso. Esa historia se da de muchas maneras y en diversas formas. La vive el viejo y el niño, la difunden las radios inhumanas o la conserva una conversación, se refleja en la arquitectura y en un arroyo, viene escrita y dicha en la voz popular o entra sin dispersión en la escena de los historiadores, maúlla en el Hospital, en una clase de guitarra, en una explotación obrera, suda en el salón de un liceo, corre en la escuela, viene entregada dulcemente a la música o se acuesta en un museo, vende postales de gigantes fábricas para muertos de hambre bien alimentados, da plata para una sonrisa, pesca detrás de la Panorámica, junta ladrillos en las playas del Anglo, se gasta en un almacén, se hace el primer mundo, se mete en esa competencia, vende maní, rompe un cantero, musita inutilidades en un centro cultural, hace talleres para nadie, defiende una patria que no quiere entender.
José Jorge
5 de noviembre de 2008
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