viernes, 18 de septiembre de 2009

RESPUESTA



En respuesta a las críticas, no menores, recibidas y sin ánimo de agrandar la discusión, ni de generar protagonismo (porque creo que quienes critican tienen cosas más importantes que hacer que lidiar conmigo), realizo algunas aclaraciones sobre mi trabajo realizado el pasado viernes 28 de agosto en la edición de “Boliches en Agosto” y adjunto mi intervención en dicha jornada.

Un conductor sin libreta

La próxima vez creo que antes de conducir un espectáculo voy a tener que pedir permiso para recorrer ciertas calles oscuras, empedradas y difíciles de transitar en nuestro medio. Los inspectores están bravos, y ya me han sacado la libreta varias veces. Una vuelta (en la radio) me la quitaron por conducir por la izquierda, cuando sabemos que se debe hacer por el centro o la derecha. Eso es lo normal, lo correcto; es la forma de pasar desapercibido. Así lo hacen los tipos sin banderas, ni partidos, macanudos y diplomáticos. Nunca dicen nada, el silencio los convoca y no molestan a nadie, ya que se encuentran muy cómodos en el lugar donde viven. Ellos creen en la “objetividad”. De esa infracción, hace 8 años, surgió un programa de radio que se llama “La cueva”.

Otros, que no tienen ideologías como producto de su tiempo, son “democráticos”. En realidad, implícitamente, manifiestan una postura ideológica conservadora sobre la historia de los pueblos y, si tienen la oportunidad, reprimen. La cultura no es para todos, y de todos, en nuestro departamento.

Es nuestro compromiso investigar, estudiar y denunciar esto. Hay una infinidad de hechos que han ocurrido en los últimos 10 años que evidencian este problema y cualquier persona que ha participado de actividades o movidas sociales y culturales en el departamento: músicos, artistas plásticos, periodistas, escritores, etc., lo saben. Lamentablemente, en el mismo lugar donde se expresaron estas ideas había varios responsables de nuestros supuestos fracasos. Gente que defendió banderas lamentables para el desarrollo humano de nuestros pueblos. Qué lástima. Es bueno decir las cosas en la cara aunque te molesten, este es el mejor lugar que le ha tocado a los jóvenes a lo largo de la historia.

Mi intervención como “conductor” (sería bueno que el Centro MEC definiera esa palabra para otra oportunidad) no era la de un presentador en una cancha de fútbol que anuncia los precios de los chorizos y refrescos, y luego comunica el comienzo del siguiente partido. No era la de un conductor que no dice nada, que no manifiesta ningún problema como sucede en cualquier radio inhumana. La tarea era otra y no se tenía la intención de representar al Centro MEC. Era necesario marcar, desde el inicio de la noche, los problemas sociales, económicos y culturales que tiene nuestro pueblo, las deficientes interpretaciones de su pasado que determinan una mala lectura del presente, y las responsabilidades que han tenido algunos personajes nefastos para la “cultura”: siendo uno de ellos el silencio.

Por lo visto, la verdad es ponerse de acuerdo con el de al lado.

El camino tenía que empezar en estos puntos señalados. Luego, la conducción era básicamente presentar artistas que han surgido de ese medio, con esas características, con el objetivo de tener una visión más compleja e integral del departamento.

Considero, por otro lado, que la afirmación sobre el partidismo o el levantamiento de banderas, refleja un problema de interpretación. Algunas generaciones tienen dificultades con los partidos políticos, al punto de explicar todo lo que pasa o lo que nos pasa a través de ellos. Seguimos pensando que el país se divide entre blancos, colorados, y frentistas. Quien escribe no representa, ni es afiliado, ni ha trabajado para ninguna organización política.

Me gustaría que “Ser Vaz” desarrollara la abstracción: “móvil ideológico”. He leído bastante sobre estudios de ideología (al pasar por varios cursos sobre este tema en la Facultad de Ciencias Sociales) y no logro entenderte. Me sorprende que esto provenga de alguien que se presenta con la bandera del movimiento indígena. Ya que estamos, aprovecho para hacerte una pregunta: ¿qué políticas públicas juveniles ha desarrollado el Departamento de Deporte y juventud de Río Negro?

Pienso que mi crítica fue respetuosa, sincera y honesta, y que por sobre todo, estuvo avalada por diferentes estudios científicos realizados en el departamento.

Si queremos transformar el lugar en el que vivimos, si queremos tener una cultura de y para todos en nuestro departamento, hay que primero estar más involucrados con las necesidades sociales y económicas de la gente, para recién después poder elaborar una interpretación más coherente al respecto. Si no, nos convertimos en democráticos artificiales que quieren generar ciudadanía en un tiempo que algunos llaman el “fin de la historia”. En ese sentido, los cambios solo serán superficiales. Sabemos que el infierno está empedrado de buenas intenciones…

Es buena la discusión. Sabíamos, como integrantes de Heteroismo, que cualquier intervención cultural podría generar y despertar controversias, tan saludables como estas, en las que se manifiesten las diferentes visiones que tienen los actores involucrados institucionalmente con políticas culturales y juveniles del país y del departamento. Creo que no es un error tener en cuenta, para una próxima oportunidad, estas discusiones y visones tan disímiles sobre un espectáculo cultural.

Saludos a todos y todas.

Los dejo con el texto de un conductor sin libreta para discutir a fondo, si ustedes así lo desean, los contenidos de mi intervención (la cual no creo, honestamente, que haya sido una “generalización de la sociedad fraybentina”, especialmente teniendo en cuenta que a este fin están dedicados ya algunos periodistas más “objetivos” que nosotros):

“Desde hace 120 años la esquina de La Cuica mira hacia el río Uruguay, se ubica frente al puerto y los galpones de AFE, conserva las características arquitectónicas que definieron alemanes e ingleses en torno al Frigorífico Liebigs a fines del siglo XIX y comienzos del XX. La zona fue la primera del país en contar con servicios de energía eléctrica, incluso antes de Montevideo. En aquel entonces, Fray Bentos fue llamado la cocina del mundo, dado que Europa recibió durante más de 130 años la alimentación basada en los productos agropecuarios de los gigantescos recursos naturales de Uruguay y Argentina. En la esquina de 33 orientales y Lavalleja funcionaba una despensa de ramos generales que con el tiempo dio lugar a La Cuica” (Robert Urgoite).

Por lo que es hoy la Cuica vimos pasar el discurso de los hombres, el del ajedrez bohemio, la charla de otro Fray Bentos que se debe agregar a la historia del fray bentos diverso. Estamos contentos y orgullosos con Heteroismo de habitar esa historia a través de artistas que hoy se presentan en Boliches en agosto. Agradecemos al Centro MEC de Fray Bentos la invitación.
Desde Heteroismo también incluimos junto con la creación y el arte un tema indiscutible que no se puede desligar de la lucha por los espacios alternativos de la cultura, los problemas sociales y económicos y con ellos la hegemonía en la interpretación de la historia de los pueblos, papel que se debe el pueblo profundo.

Esa historia se da de muchas maneras y en diversas formas, señala José Jorge, integrante de Heteroismo: “La vive el viejo y el niño, la difunden las radios inhumanas o la conserva una conversación, se refleja en la arquitectura y en un arroyo, viene escrita y dicha en la voz popular o entra sin dispersión en la escena de los historiadores, maúlla en el Hospital, en una clase de guitarra, en una explotación obrera, suda en el salón de un liceo, corre en la escuela, viene entregada dulcemente a la música o se acuesta en un museo, vende postales de gigantes fábricas para muertos de hambre bien alimentados, da plata para una sonrisa, pesca detrás de la Panorámica, junta ladrillos en las playas del Anglo, se gasta en un almacén, se hace el primer mundo, se mete en esa competencia, vende maní, rompe un cantero, musita inutilidades en un centro cultural, hace talleres para nadie, defiende una patria que no quiere entender.”

Es necesario que aprendamos a escuchar el silenciamiento, reflexiona Robert Urgoite integrante de Heteroismo. Quizás nuestro problema esconde secretos en nuestra forma de recordar. ¿Por qué Fray Bentos se resiste a sus necesidades?, ¿hemos podido alguna vez comprobar lo necesario y lo accesorio? ¿Qué lecciones han orientado nuestro naufragio?

¿Cuál es nuestro lugar y nuestro tiempo? No podemos querer a los que mandan, a los que poseen, esto nos hace malos soñadores.

Objetivamente somos un departamento de jóvenes, lo dicen los números, pero culturalmente somos un departamento con mente vieja, un departamento dependiente del pasado, dependiente del extranjero, con poca capacidad de emprender cosas locales porque “no tenemos puesta la camiseta de Fray Bentos” no creemos en nosotros y eso tiene explicaciones sociales y culturales. Hay explicaciones objetivas, científicas, no se trata de una opinión solamente.

Domina culturalmente, según algunos testimonios que hemos recogido, un sentimiento local de reiteración de las cosas y de estancamiento, al parecer las cosas se repiten, al parecer las cosas siempre están en el mismo lugar y eso refleja que una sociedad no cambia, eternamente está igual, no se renueva en ideas, no tiene pensamiento joven.También somos una sociedad conservadora ya que permanentemente vivimos del pasado (según estudios culturales hechos en el 2002).Allí se desprende que “Fray Bentos tiene un trauma en su memoria”, el Anglo. Los datos de este informe sobre ese pasado mítico, demuestran la profundidad del problema que tenemos y pone en juego nuestra identidad: no tenemos, no hemos podido construir una identidad alternativa exitosa ante ese pasado que nos deja inmóviles y que no nos deja seguir adelante.

Nuestros problemas económicos han sido generados y resueltos por gente de afuera, por el extranjero: en el caso del Anglo son los ingleses, en el caso de Botnia son los finlandeses los que generaron fuentes de trabajo, además de la empresa pública que acostumbró a intercambiar votos por trabajo.

El Anglo además caló tan hondo, solucionó tantos problemas, determinó tanto en la vida, en la felicidad y en nuestra infelicidad también, que generó una actitud paternalista, una actitud de dependencia, cuyo éxito, cuyo futuro posible pensábamos que se iba a repetir con Botnia pero lamentablemente no fue así, nos queda la nostalgia siempre presente de ver la chimenea del Anglo el pasado 16 de abril echando humo, logrando emocionar a mucha gente y generando esperanza y expectativa de que otro Anglo puede estar por venir para seguir engañando el estómago y nuestras ilusiones.

Es una paradoja de Río Negro tener la mayor inversión en la historia del país que permitió un crecimiento económico del 4,4% (del 2004 al 2008, uno de los departamentos que más creció en el país) y tener índices tan elevados de pobreza a nivel nacional, la desocupación más alta y un número elevado de asentamientos irregulares, según la ONG un “Techo para mi país”*.

Sin embargo, hay cosas que los números, las estadísticas, no van a poder decirnos jamás sobre un pueblo, datos que tienen que ver con la vida de la gente, con historias de vida, con fracasos que tratan de disimularse en números fríos, con desesperanzas que se manifiestan en la calle, en una pelea de murgas o en una cancha de fútbol, con el aumento de centros religiosos, con vendedores de quinielas, con jóvenes sin trabajar o estudiar, con un campo que ha quedado para eucaliptos y estancias turísticas, con una tierra seca, con un puerto que no anda, con la vulnerabilidad de que nos de lo mismo cualquier cosa mientras de trabajo por unos días.

Y termino con palabras de Huben Martínez:

“De pronto el silencio nos aturde, porque en Fray Bentos hay silencio, hay bentos de guerra, hay bentos de muerte, detrás de esta gran feria, de madera y celulosa”...
Bajo toda esa historia, ésta noche, este lugar, reivindica ser una institución cultural no oficializada, una dirección de cultura clandestina, una noche de reflexión y creación política, literaria y musical que tiene como fin recordar las viejas tertulias de vino y tabaco, fermentarios de discusiones que alimentaron hojillas, papeles sueltos, ideas y músicas locas, que forjaron nuestro desarrollo cultural a lo largo de todos éstos años.

Señoras y señores, bienvenidos a Boliches en Agosto…”

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